Envejecer con salud: lo que debes saber después de los 60
Envejecer no es sinónimo de enfermedad. Con chequeos médicos regulares, una dieta balanceada, ejercicio físico y un buen sistema de apoyo, muchas personas mayores de 60 años en EE. UU. disfrutan de vidas plenas y saludables.
Bette Davis lo dijo con razón: “Envejecer no es para cobardes.” Y es que el envejecimiento, aunque inevitable, no se presenta de la misma forma para todos. Factores genéticos, estilo de vida y calidad del sistema de salud influyen en cómo lo experimentamos. En Estados Unidos, donde la población mayor de 60 años crece rápidamente, es más importante que nunca entender cómo el cuerpo cambia con la edad y qué enfermedades pueden surgir.
¿Qué le pasa al cuerpo al envejecer?
A partir de los 60 años, muchos sistemas del cuerpo comienzan a mostrar señales del paso del tiempo: el cardiovascular, respiratorio, nervioso, musculoesquelético e inmunológico sufren transformaciones. Y aunque muchas personas envejecen de forma saludable, ciertos problemas de salud están directamente relacionados con el envejecimiento.
Estas son algunas condiciones comunes que deben ser monitoreadas con mayor atención:
Cambios en la vista
Incluso antes de los 50, los ojos comienzan a perder agudeza. Con el tiempo, se reducen las lágrimas, la retina se adelgaza y el cristalino se vuelve menos claro y más amarillento. Además, el iris pierde sensibilidad, dificultando la adaptación a cambios de luz.
Las tres enfermedades oculares más comunes relacionadas con la edad son:
- Cataratas
- Glaucoma
- Degeneración macular relacionada con la edad (DMRE)
Visitar al oftalmólogo regularmente ayuda a detectar estas condiciones a tiempo.
Pérdida auditiva
Según el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD), aproximadamente una de cada tres personas en EE. UU. entre los 65 y 74 años tiene pérdida auditiva, y este número aumenta a casi la mitad en mayores de 75 años.
La pérdida auditiva relacionada con la edad se llama presbiacusia. Es gradual, suele ser hereditaria y puede empeorar con ciertos medicamentos, infecciones o enfermedades cardiovasculares. Esta condición no solo afecta la comunicación, también puede conducir al aislamiento, ansiedad y depresión.
Artritis
La artritis, especialmente la osteoartritis, es una de las enfermedades crónicas más comunes en adultos mayores. Afecta principalmente manos, rodillas, caderas y columna. Aunque el desgaste de las articulaciones con el tiempo es natural, la osteoartritis tiene también un componente genético.
Sus síntomas —dolor, rigidez e inflamación— pueden aliviarse con tratamiento médico, actividad física moderada y control del peso corporal.
Trastornos del sueño
Dormir bien se vuelve más difícil con la edad. Condiciones como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y los movimientos periódicos de las extremidades pueden afectar profundamente la calidad del sueño.
Además de causar somnolencia durante el día, estos trastornos pueden agravar problemas como la hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Afortunadamente, todos ellos tienen tratamiento.
Osteoporosis
Conocida como “la enfermedad silenciosa”, la osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se fracturen fácilmente. Aunque afecta más a mujeres (debido a cambios hormonales después de la menopausia) los hombres también están en riesgo.
Según los Institutos Nacionales de Salud, una de cada dos mujeres y uno de cada cuatro hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura relacionada con la osteoporosis. La detección temprana mediante pruebas de densidad ósea es clave para la prevención.
Enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares
El riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca y derrames cerebrales aumenta significativamente con la edad. Factores como la presión arterial alta, el colesterol elevado y la diabetes juegan un papel importante, pero con un estilo de vida saludable y atención médica oportuna, muchos problemas pueden prevenirse o controlarse.
Diabetes tipo 2
A menudo silenciosa en sus primeras etapas, la diabetes tipo 2 es común entre adultos mayores. La obesidad, la inactividad física y los antecedentes familiares aumentan el riesgo. Un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones como daño renal, ceguera o problemas cardíacos.
Cáncer
El riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos el de mama, próstata, colon y pulmón, aumenta con la edad. Las pruebas de detección recomendadas (mamografías, colonoscopías, exámenes de próstata, etc.) permiten identificar el cáncer en etapas tempranas, cuando es más tratable.
Conclusión
Envejecer no es sinónimo de enfermedad. Con chequeos médicos regulares, una dieta balanceada, ejercicio físico y un buen sistema de apoyo, muchas personas mayores de 60 años en EE. UU. disfrutan de vidas plenas y saludables.
La clave está en la prevención y el conocimiento. Comprender los cambios naturales del cuerpo y actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida en la tercera edad.